Entre las rectilíneas calles y avenidas parisinas, en la orilla derecha del Sena, se esconden los resquicios de lo que fue el París medieval, o como se le llama popularmente, el “París antiguo”. Uno de los barrios más con más historia de la capital francesa, ahora epicentro de la moda y las tendencias, ha servido como inspiración para los nuevos #AristocrazyWatches. Su nombre, Le Marais.
París parece haber sido construida con escuadra y cartabón, pero, desde luego, las fachadas del colorido y provocativo Le Marais podrían considerarse el apogeo de los ángulos rectos. Sus ventanas, sus puertas, sus escaparates… todo parte de una misma forma, el cuadrado.
Elegante, simple y limpia, la geometría de este barrio se refleja en la esfera de nuestro nuevo reloj. Un juego de líneas y diagonales que se ve presidido por números romanos, clave de la relojería clásica francesa.
Tal y como el barrio de Le Marais nos demuestra, el encanto de lo antiguo puede convivir y nutrirse de la funcionalidad moderna. Como el Centro Pompidou, con su fachada abstracta e industrial dentro del clásico París, los nuevos relojes aúnan la vanguardia de la tecnología relojera con una estética al más puro estilo francés.